Esta vez el dolor va a terminar

| ATP Buenos Aires / Del Potro |

Por su bien y por el nuestro, tenía que llegar la despedida de Juan Martín del Potro. El hombre del martillo en la mano derecha, el de las ovaciones en todos los estadios, el que se emociona fácilmente, el que se tumbó al mejor Federer para ganar el US Open, el que le dio la única Davis a Argentina, el del regreso épico en Río y, lamentablemente también, el de las lesiones interminables.

Todas esas versiones forman parte de la grandeza de la Torre de Tandil, pero ya no es sano que lo siga intentando. Su cuerpo le pide a gritos la pausa definitiva, por más duro que sea para él y para los fanáticos del tenis. Porque si no era la muñeca derecha, era la izquierda o sino la rodilla, pero realmente nunca pudo jugar al tenis sostenidamente sin dolor.

Siempre existió un divorcio entre lo que Delpo fue y lo que pudo ser y las lesiones fueron las encargadas de formar esa barrera. Porque la cosa era clara: si el argentino jugaba bien, ganaba. Se lo pueden preguntar a cualquier tenista del circuito, incluyendo a Federer, Nadal y Djokovic.

Dicen que todos vuelven al lugar en donde fueron más felices, y Delpo, después de 965 días sin competir, volverá a su Argentina querida para colgar la raqueta delante de su público. Esta noche, su amigo del alma, Federico Delbonis,puede ser el encargado de ponerle el punto final a su carrera tenística.

Va a ser grato ver al Buenos Aires Lawn Tennis Club saltando y gritando por Juan Martín, pero más grato será ver al tandilense, de acá a algunos meses, disfrutando de su Tandil querido, de sus amigos, de su familia, de Boca Juniors y de empezar su nueva vida sin dolores. Porque como bien dijo alguana vez su compatriota Andrés Calamaro en una de sus canciones: “esta vez el dolor va a terminar”.